A través de la metodología de la semana construida se recolectaron 38 noticias del periódico El Espectador, desde el 28 de febrero del 2019 hasta el 29 de febrero del 2020, permitiendo hacer un análisis de la narrativa del medio antes y después del rearme de las disidencias de las FARC y verificar si hubo un cambio.
En los primeros meses del año puede identificarse una postura que denota un apoyo a la implementación del Acuerdo de Paz, presentando en los relatos a los excombatientes como personas igualmente afectadas por la guerra y valorando sus esfuerzos para la reincorporación a la vida civil. Constantemente en las noticias como estas relacionados con el Proceso de Paz, donde, según Rocío Zamora y Juan Albaladejo en su texto “La representación simbólica del escándalo político una”, “es común el empleo de imágenes y términos con fuertes resonancias culturales o que apelan a la experiencia previa de una sociedad sobre una determinada cuestión pública” (P. 14).
Por otra parte, se puede identificar cuestionamientos a algunos procedimientos adelantados por figuras como la Fiscalía y otras autoridades en el manejo de procedimientos concernientes a reincorporados y ex cabecillas de la extinta guerrilla de las FARC, presentando al Ejército como victimario y obstáculo durante la transición a la paz y al Estado incumpliendo las garantías del proceso.
Cabe resaltar que, en estos primeros meses del periodo de tiempo analizado, este periódico fue el único (entre los medios analizados para la investigación) que realizó un cubrimiento en el avance de acciones de paz por parte de reincorporados y mostró preocupación por los asesinatos sistemáticos de los mismos.
También es relevante mencionar que, si bien este medio cuestiona en ocasiones los procedimientos informales que se presentan en los procesos judiciales de exguerrilleros y reincorporados, se encontraron encuadres de atribución de responsabilidades, por lo que puede afirmarse que el medio se muestra imparcial en el momento de informar condenas y capturas a la opinión pública.
Imágenes recuperadas de Elespectador.com
En adición a lo anterior, el mes de julio finaliza presentando noticias que claramente buscan dar visibilidad a los avances del Proceso de Paz y la voluntad de los desmovilizados. Un ejemplo es la noticia que anunciaba que un ciudadano que fue secuestrado por parte de las ex FARC había aceptado el apoyo del ahora partido político para su candidatura a la Gobernación de Nariño, dándole cabida a un personaje que en principio podría parecer de oposición, pero cuyo discurso es de apoyo, lo cual lo convierte en un curioso caso de ser una fuente oficial y de oposición simultáneamente.
Por otro lado, se hacían notas donde se resaltaban las candidaturas de exguerrilleros a alcaldías, marcas de café de excombatientes y acuerdos de paz históricos e independientes como los de la comunidad indígena nasa wes’x con el frente Joselo Lozada de la exguerrilla, informando al público la extensión que puede tomar la paz.
Hasta este momento, cuando han trascurrido 6 meses de emisión de noticias relacionadas con el Proceso de Paz, en El Espectador puede evidenciarse el uso predominante del enfoque de personificación, ya que el periódico plasma las situaciones y características especiales de los actores durante el cubrimiento de la historia. La predominancia de la personificación puede llevar a la generalización de situaciones a través de eventos particular y, como explican Rocío Zamora y Juan Albaladejo en su texto, una excesiva generalización puede trasladar la atribución de responsabilidades de un actor específico a una institución o a un sistema político en su totalidad, enviando a una imagen equivocada, en este caso, del proceso de reincorporación de los excombatientes.
También se ven encuadres de interés humano, al brindar constantemente tonos emotivos en sus noticias, presentando continuamente una visión positiva y resaltando acciones de paz.
Más palabras utilizadas por El Espectador en el año de análisis. Elaboración propia.
Esta mirada positiva sobre el Proceso de Paz continuó durante todo agosto hasta el día del rearme de las FARC, el 29 de agosto. Este día se reportaron las noticias sobre el rearme, una de ellas, y quizá la principal, es “Iván Márquez, ‘Santrich’, ‘El Paisa’ y ‘Romaña’ vuelven a la guerra”. Sin embargo, publicaron aquel día cuatro notas, de las cuales solos dos hablaban directamente de las disidencias, otras dos sobre cómo la JEP y la Fiscalía abordarían el caso y otra nota que se sale un poco del tema coyuntural al regresar al tema electoral Desplazamiento, coca y líderes: las propuestas de los candidatos en Nariño.
También es de suma importancia el hecho de que ni aquel día, ni el siguiente, se publicaron artículos sobre el pasado de las FARC ni de las cabecillas disidentes. El Espectador no buscó apelar a un recurso de la memoria colectiva o a despertar sentimientos u odios pasados, incluso continuó al siguiente día del rearme con noticias que le daban espacio a los que continuaban en el Acuerdo de Paz “Somos más los que estamos en el proceso de paz”: excombatientes de las Farc.
Se puede entonces ver que las noticias mantienen su mirada positiva, presentando en los siguientes meses, por ejemplo, la propuesta productiva de los excombatientes y su proyección en la vida civil, los avances del Proceso de Paz y la reincorporación de los excombatientes y sus líderes bajo la mirada de sus problemáticas, mostrando a estos actores realizar acciones en pro del proceso y siendo las entidades estatales los obstáculos para su desarrollo. Todo esto permitiendo entender la paz desde los que siempre han sido las víctimas.
Asimismo, las víctimas y victimarios son presentados como actores igualmente afectados por el conflicto e igualmente responsables de la construcción de la paz, haciendo énfasis en el hecho de que ninguno de los lados tiene la verdad, sino que poseen versiones de la historia que, dependiendo cómo sean direccionadas, contribuyen al Proceso de Paz.
En este periodo también se puede ver la existencia de una serie llamada La Aldea, compuesta por historias que permiten comprender el conflicto desde otros puntos de vista y toma como ejemplo a otros países que han lidiado con situaciones similares al Proceso de Paz en Colombia.
Para finales del año se presentan tanto noticias positivas como negativas. En el primer grupo, destacan las acciones de paz, tanto por parte de las víctimas como por parte de los victimarios, quienes trabajan en conjunto para reconstruir el tejido social. También hablan de las problemáticas internas que atraviesa el partido FARC, no como una acusación o un señalamiento al “fracaso” del Proceso de Paz, sino como una de tantas dinámicas que sufren los actores políticos.
En el segundo grupo vemos como se valen de dos hechos para resaltar acciones negativas: se saca a colación las protestas de noviembre para referirse a la continuación de los comandos urbanos armados de las guerrillas, haciendo referencia a la noticia de Ex FARC y Ex AUC acompañando a víctimas del atentado del club El Nogal, en donde en un primer artículo se reconoce el compromiso de los excombatientes para construir la verdad, pero en el segundo, se valen de este hecho para mencionar muchos otros atentados realizados por las extintas FARC.
Con este acercamiento se encuentra entonces que, en el segundo periodo del año, después del rearme de las disidencias, El Espectador no buscó apelar a un recurso de la memoria colectiva o a despertar sentimiento u odios pasados; por el contrario, asumió una mirada positiva al proceso, resaltando acciones de paz y utilizando encuadres de Interés humano, al contar estos relatos con un tono dramático y de personificación al hablar de situaciones generales en personas o situaciones en concreto. La presencia de este esquema de un drama, como expresa Zamora y Albaladejo en su texto, convirtiendo la narrativa en una historia dramáticas con sus personajes y un argumento con un desenlace pueden ser comparadas con los dramas morales o historias de moralidad que buscan una un final positivo con una moraleja para los implicados.
Además, se resalta el distanciamiento discursivo a la hora de referirse a FARC como partido y a las disidencias, sobre todo porque cuando se refieren al primero, bien sea de manera positiva o negativa, lo hacen reconociéndolo como un actor institucional y legal, que atraviesa por los gajes que implica acogerse a la legalidad. Por su parte, los segundos son identificados, claramente, como criminales y nunca se refieren a ellos como unas “nuevas FARC” sino como grupos al mando de ciertos personajes.
Más palabras utilizadas por El Espectador en el año de análisis. Elaboración propia.
Todo esto deja en evidencia que, a pesar del hecho coyuntural negativo para el Proceso de Paz, el medio ha apoyado el acuerdo y ha mantenido una mirada positiva sobre este sin dejar de lado el pasado violento del país.
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